El alfabeto Futhark Antiguo, usado para escribir en Protonórdico, consta de 24 runas que se solían agrupar en tres grupos de ocho, cada uno de los cuales se denominaba ætt. Tiene su origen en el siglo I d.C. aproximadamente, aunque hay estimaciones que lo retrasan hasta el II d.C. Cada runa tenía un nombre, elegido para representar el sonido de sí misma, pero los nombres no han quedado registrados de forma directa para el Futhark Antiguo.

Los símbolos Rúnicos son tan antiguos que es casi imposible establecer su fecha exacta de origen. Se creen haberse desarrollado del antiguo Griego, el Etrusco y de las formas Romanas de escritura, con tres alfabetos rúnicos reconocidos: Inglés, Escandinavo y Alemán, el último también conocido como Futhark.

Las Runas emergieron en un momento en que la magia era parte de la vida cotidiana. Fueron utilizados como amuletos, es decir, como instrumentos sagrados para la protección y la fortuna, y poseían una clara función ritualista.

Cada Runa tiene, por lo menos, un significado, porque las runas son más que simples símbolos gráficos, también son alegorías en el mismo sentido en que los sueños o los poemas contienen ciertos simbolismos, representando cosas, objetos y acciones.

Desde un punto de vista legendario y más esotérico, las runas pueden utilizarse en sanación, meditación, en magia y adivinación, las runas son lanzadas (tiradas de runas) o puestas al azar en un círculo dibujado sobre el suelo o una mesa.

Las runas extraídas tienen alguna relación con la situación o pregunta formulada. Esta forma de supuesta adivinación es muy común, y su base está en el efecto que Carl Jung llamó sincronicidad y que los usuarios originales de las runas conocen con el nombre de Wyrd. El significado esotérico de las runas varía al efectuar la denominada tirada de runas, su simbolismo en posición normal es distinto al de posición invertida.

Debido a la riqueza y la benevolencia de su simbolismo, las Runas Vikingas son una herramienta sin precio para establecer contacto con nuestro propio “yo”, y su lectura no se debe confundir con consejos de fortuna. Ellas nos dan las pistas necesarias para esclarecer nuestros problemas, tomar decisiones y elegir la acción más apropiada en cualquier situación.

En primer lugar la información se recibe a través de la lectura misma, que alternadamente permite la abertura de otros canales más profundos: los centros emocionales, en la forma de sensaciones, las imágenes, las asociaciones o los pensamientos físicos, mentales y emocionales.

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